Una instalación de bombeo solar para sustituir sistemas existentes con generadores diésel o gasolina conlleva una amortización de entre dos a tres años.
Comunidades de regantes, cooperativas agrícolas, latifundios, viñedos, olivares… son candidatos a cambiar el bombeo de agua de sus pozos a energía solar.
Tanto si se trata de bombeo solar directo como indirecto con acumulación en depósito, el ahorro empieza el primer día.
Otra de las ventajas es que cuando menos precipitaciones hay, en verano, es cuando más abundancia de sol hay.
El bombeo solar no necesita baterías ni red eléctrica, funciona directamente desde las placas solares hacia la bomba del pozo a través de un variador de frecuencia que hará girar la bomba generando un caudal proporcional a la radiación solar del momento.
Algunas industrias agropecuarias tienen un consumo energético por requerimientos ventilación y temperatura adecuados para la buena salud de los animales.
Todavía una buena parte de la demanda de energía en estas instalaciones se ve satisfecha con generadores de diésel al no llegar el suministro eléctrico, o en caso de llegar el mismo, puede sufrir cortes o ser caro en comparación con el coste que tendría generado con energía solar.
La energía solar fotovoltaica en instalaciones agropecuarias, en caso de ser instalada en el techo de las granjas, ayuda en verano a aislar las altas temperaturas del exterior.
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